Te perdí porque quería perderte

Te perdí. No porque no era lo suficientemente madura, no porque te quería sólo para mí. Te perdí porque no porque era débil, sino porque era lo suficientemente fuerte para estar sin ti.

Agobiada día tras día, pensando si algún día te perdía enloquecería, pero no. Aquí estoy, fuerte, alegre, sonriendo, soñando y viviendo al máximo. Te perdí porque muy dentro de mí sabía que no podía tenerte, te perdí porque muy dentro de mi  quería perderte.

Lloré por el vacío, por la costumbre de sentirte parte de mi, lloré por la impotencia de verme obligada a perder algo, lloré por todo menos por ti. Se que suena irónico, pero nunca lloré por ti, lloré por cosas que tenían que ver contigo, pero el enfoque principal era que nunca debiste estar aquí.

Sueno cruel, despechada, pero es la simple realidad. Hoy me despierto, me levanto, miro al cielo y al saber que no te tengo siento una inmensa paz. Te perdí no porque te fuiste, te perdí porque ya no te quería aquí, y al no quererte cerca, hice que le alejaras inconscientemente de mi.

Publicado por Daniela Bodden

Inspirada con la vida y escribiendo con el corazón.

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